Del Racismo
Fotografia(Publicación de una edición del libro RAZA DE BRONCE, Alcides Arguedas)
Del racismo
Las manifestaciones sobre los incumplimientos de las leyes de inclusión social por parte de los ciudadanos, es una ventaja del sistema democrático que poseemos actualmente. Sin embargo, en este contexto del incumplimiento de los derechos de los pueblos milenarios del Ecuador hay que ser muy cuidadosos en el enfretamiento jurídico hostil del imcumplimiento de las mismas leyes. Lo que puede ocasionar es el siguiente fenómeno: mientras se siga confrontando hostilmente el incumplimiento de estas leyes, bajo los ojos de la historia, se están reclamando derechos y obligaciones de un grupo social que no tiene los medios para protegerse a sí mismo y necesita que las leyes beneficien de alguna u otra manera por sobre el resto de grupos sociales. Expliquemos esto un poco mejor.
En el ámbito cívico y político, las denuncias discriminatorias, a los ojos de la historia, generalizan las motivaciones de los acusados para faltar a tales leyes o reglamentos. Cómo podemos saber las verdaderas motivaciones de los acusados?(En este contexto, la comunidad mestiza). Acaso ellos actúan con la única motivación de excluir? Es obvio, que muchas veces las motivaciones son falta de cultura y ética de integración social, pero muchas veces son una respuesta a experiencias excluyentes vividas. Cuántas veces hemos contado las cohesiones sociales construidas a partir de nuestra experiencia, sin tomar en cuenta las implicaciones excluyentes? Cuántas veces creamos eventos, debates, coyunturas que están guiadas hacia un grupo social determinado exclusivamente(entre indígenas)? La confrontación jurídica directa puede ser contraproducente a los ojos de la historia si no se toma en cuenta la misma historia jurídica de estas luchas.
Pío Jaramillo Alvarado y otros autores, en el libro “El Indio Ecuatoriano”, se exalta una reseña histórica jurídica de los derechos y obligaciones de nuestros pueblos. Se detalla la lucha de las reformas agrarias y de los derechos cívicos de nuestros pueblos. Que quiere decir esto?
La historia ha favorecido gratamente al indígena, para alcanzar los mismos derechos cívicos comunes a todos los ecuatorianos. Sin embargo, es necesario y pertinente aclarar que la historia de estas reformas han guiado a estas mismas leyes el considerar al indígena como un ser desprotegido y necesita de leyes que lo protejan, incluso sobre los derechos cívicos de la persona natural. Las motivaciones de lucha social van cambiando con el tiempo, pero estas últimas décadas se han paralizado los fines máximos de estas luchas. Poseemos finalmente las leyes(gracias a nuestros mismos pueblos) que acompañan a nuestros derechos, las nuevas generaciones de indígenas(ex colonos) están estudiando y formándose profesionalmente, y los medios de comunicación son más veloces que nunca. Sin embargo, hay una piedra en el zapato de los fines máximos de la lucha social indígena, la de superar su propia condición de protegido jurídico por su condición de indígena. Traduzcamos.
Mientras sigamos pensando que la lucha es la ejecución de los derechos al pie de la letra de estas leyes, tendremos que preguntarnos si también estamos cumpliendo las obligaciones que estas demandan. Más aún cabe preguntarse si no estamos perdiendo el hilo de los fines máximos del enaltecimiento cultural de nuestros pueblos? Cuáles serían estas? Quizá sería la descolonización contemporánea, el surgimiento de una ética de nuestros pueblos, de justicia aplicada a todas las etnias, incluyendo a los mestizos. Esta ética dictaría específicamente no usar nuestra condición de indígenas para escalar posiciones políticas, imcumplir leyes de inclusión social, y buscar profundamente la identidad perdida mucho antes de los 200 años que una y otra vez repetimos en estas luchas contemporáneas. Los mismos 200 años que repetimos en las novelas indigenistas del último siglo, en autores como José María Arguedas, Alcides Arguedas o en el Ecuador, el gran Igor Icaza. Aquellos 200 años son solo un punto en la historia de nuestra identidad, sólo un eslabón último en la historia contemporánea, no podemos quedarnos ahí.
Si se forman nuevos partidos o congregaciones de lucha social, pues que hagan eco en la historia y no sólo días de conmoción en los medios de comunicación. Que esta lucha no quede en las páginas de los periódicos amarillistas de un fin de semana de la publicación local. El timón y la vela deben apuntar hacia la lucha equitativa de nuestras fortalezas y habilidades como etnia particular pero una más entre un sin número de pueblos de la tierra. La mejor manera de realizar reverberaciones en la historia es llegar a los más altos eslabones del mundo en que vivimos, sin perder nuestra identidad. Compitiendo con etnias de todos los tipos, colores y sabores para llevar al mundo entero hacia una nueva dirección de equidad social. Debemos llegar a esos eslabones justamente sin perder esa identidad que no tiene solo 200 años, sino más de 500, identidad que pocos están tratando de descifrar. Lleguemos a esa identidad más profunda, para que en situaciones como ésta, nos dé fortaleza para decidir acciones que llegen a resultados históricos.
Con la fortaleza de esta identidad más crítica podemos llegar a las mejores Universidades del mundo, a los gabinetes más altos de administración pública, a los descubrimientos más valiosos de la ciencia, a la más excelsa demostración de nuestros artes y saberes y por sobre todo, nuestros rituales y expresiones de respeto ancestral. Todo viene a partir de un poco más de curiosidad…
Att. Marco Maigua(Tony
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